31.5.10

Charles Baudelaire - Madrigal triste

¿Qué me importa que seas experta?
¡Sé bella!, ¡sé triste! Las lágrimas
agregan un encanto a tu rostro,
como el río al paisaje;
la tormenta renueva las flores.

Te amo sobre todo cuando la alegría
huye de tu frente vencida;
cuando tu corazón se ahoga en horror;
cuando en tu presente se mueve
la nube espantosa del pasado.

Te amo cuando tus ojos derraman
un agua caliente como la sangre;
cuando, a pesar de que mi mano te acune,
tu angustia, muy pesada, penetra
como el ronquido de un agonizante.

Yo aspiro, ¡placer divino!
¡himno profundo, delicioso!
todos los sollozos de tu pecho,
¡y creo que tu corazón se ilumina
con las perlas que derraman tus ojos!