Hay un sueño estrecho
que lleva de nombre
mi adiós.
En la mañana él asoma
con su noble fulgor
y desdobla la brisa
de un suspiro feroz.
Hay un pasaje gris
que no puedo recordar
al pisar.
Allí estampé una gota
en la noche de poesía
mientras un canto esgrimía
una lucha por la oda.
Está tu ala perdida
en el fondo de mi ojal
sin fin.
Y no interesa el confín
del aroma del morbo,
lo que quiero es huir
de tu mancha de cosmo.
Un gesto flota opaco
por las garras frías
de tus ojos.
Hay un sueño manso
que en mi paso seco
ya no tiene nombre
ni se ve de lejos.
5.1.08
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